lunes, 11 de diciembre de 2017

Pro Mujer apoya a emprendedoras

Historias reales de 20 mujeres emprendedoras de diferentes regiones del país demuestran que con esfuerzo se puede vencer las adversidades de la vida. Que si se desea salir adelante con un negocio propio es necesario perseverar y también contar con el apoyo de una institución financiera, una de ellas es la Fundación Pro Mujer.

Un ejemplo es la historia de Wendy Muñoz Ponce, una sucrense que vivió en un ambiente adverso desde sus 8 meses de vida, porque tuvo un padrastro agresivo. A sus 8 años, ella comenzó a trabajar para ayudar a su madre realizando diversos oficios. De manera imprevista, a sus 16 años quedó embarazada y se vio forzada a dejar sus estudios, pero nunca abandonó sus sueños. A los 18 años, siendo una madre joven, dio el primer paso para alcanzar sus objetivos con un pequeño crédito de Pro Mujer y montó su primer puesto de venta de autopartes. Todo parecía ir bien, pero cuando nació su segunda hija, se dio cuenta que ya no podía aguantar la violencia ejercida por su pareja. Afortunadamente, conocía el oficio de mecánica que le enseñó su padrastro. Entonces decidió poner punto final a los maltratos, se llevó a sus hijas en busca de un mejor futuro para ellas.

Posteriormente, Wendy se convirtió en una líder de la banca comunal y adquirió con mucho esfuerzo un taxi. En la actualidad monta motores y sueña con adquirir nuevos conocimientos en su rubro de trabajo. Desea también que sus hijas se sientan orgullosas de ella. Este relato es una evidencia clara que la mujer cuando quiere, puede dejar atrás el círculo de la violencia y salir adelante.

Otras 19 historias de mujeres son un ejemplo para buscar la superación personal, fortalecer la autoestima y salir adelante económicamente con la ayuda de entidades financieras.

PRO MUJER

Luego de 27 años de trabajo, la Fundación Pro Mujer recibió su licencia de funcionamiento otorgado por la Autoridad del Sistema Financiero (ASFI). Actualmente, la entidad cuenta con cerca de 126 mil clientes mujeres que reciben créditos en las modalidades de banca comunal y crédito individual en 42 agencias en áreas urbanas, periurbanas y rurales en el país.

“Pro Mujer se inicia como una entidad de capacitación de la mujer. Con el paso de los años, la entidad percibe que las mujeres no sólo necesitan capacitación para superarse, sino también recursos económicos, porque de lo contrario estas metas no serían completas”, dice la gerente general de Pro Mujer Bolivia, Patricia Claure.

La ejecutiva afirma que a solicitud de las mismas mujeres, quienes solicitaron alternativas financieras, se comenzó a dar créditos primero en la modalidad de banca comunal, cuya metodología consistía en formar grupos de 8 personas como mínimo y 12 como máximo, con una garantía solidaria entre las mismas.

“Con el paso de los años y el reconocimiento en las leyes de lo que es una Institución Financiera de Desarrollo (IFD), esta entidad tuvo que pasar por un proceso de regulación y adecuación para ingresar en esta categoría. Conocedoras de que un IFD tienen un componente social y no operan como los bancos tradicionales que tienen un enfoque financiero, sino que combina ambas áreas para prestar un servicio integral”, explica Claure.

CAPACITACIÓN

Pro Mujer realiza una capacitación inicial a las mujeres que accederán a un crédito para su actividad productiva. Se parte del hecho de asumir conciencia de la responsabilidad grupal que se adquiere en la banca comunal, que las mujeres aprendan sus derechos como usuarias y se animen a solicitar servicios que contribuyan a mejorar su calidad de vida.

“Una vez que la cliente ha desarrollado sus destrezas y ha aumentado sus fortalezas emprendedoras y sociales, ya está lista para acceder al crédito. Una de las características que tienen las participantes es el pago puntual de sus cuotas, para lo cual el grupo se reúne el día de pago para adquirir conocimientos sobre el desarrollo de negocios y educación financiera”, dice la ejecutiva de Pro Mujer.

Tras haber conseguido la anhelada licencia de funcionamiento de la ASFI, el próximo desafío de la IFD es captar ahorros, pero todo dependerá del cumplimiento de los requisitos exigidos y de la adecuación que se haga para lograr este objetivo. Sin duda su crecimiento de varios años ha demostrado que todo es posible para las mujeres emprendedoras que jamás se dan por vencidas.

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