domingo, 23 de abril de 2017

Humberto Baldiviezo Rivera: “Estamos ‘avasallados’ de ropa china y manufactura usada”

Asegura que la internación de mercancía por la mínima cuantía genera un ingreso masivo e ilegal de ropa, calzados y otros productos por las fronteras con Chile y Perú. Plantea una
cumbre de reconversión productiva para identificar el problema estructural sectorial



Consume lo nuestro, con sello Hecho en Bolivia, debe ser una expresión de orgullo y de amor propio en la población nacional. Con firmeza, el líder de la Conamype pide endurecer los controles en las fronteras con Chile y Perú para evitar el contrabando de mercancías usadas a mercados del país. Pide ‘borrar’ la mínima cuantía que, en su opinión, origina el contrabando ‘hormiga’.

¿Cómo está el sector? 
En un estado de indefensión absoluto. No existe protección a las micro y pequeñas empresas de manufactura en el país. Tenemos vigente el Decreto Supremo Nº 2753 que establece mecanismos para realizar las compras estatales, ni el sector público ni el privado cumplen con los alcances de dicha normativa.

En estas condiciones las micro y pequeñas empresas manufactureras del país tienden a desaparecer porque estamos ‘avasallados’ de ropa china y de manufactura usada americana. En el último quinquenio más de 55.000 unidades productivas del sector cerraron sus puertas. Preservamos el empleo y la economía del país y aún así estamos desprotegidos.

¿Qué es lo más sensible en este momento para el sector?
La internación de mercadería por la mínima cuantía. El directorio de la Aduana sacó una resolución para favorecer a los bagalleros y bajo esta modalidad, que permite la internación a sola presentación de un formulario, está generando un ingreso desmedido de contrabando ‘hormiga’ de ropa china por Iquique y Desaguadero, en la frontera con Chile y Perú. La mínima cuantía tiene que desaparecer. El ingreso de calzados está castigando a las fábricas del país y el riesgo de cese de operaciones de muchas es cuestión de días. Las contrataciones estatales son otro tema que perturba al gremio porque se continúa construyendo los proyectos estatales de vivienda social con manufactureras chinas y brasileñas. Pedimos que se dé cumplimiento al decreto y que no quede, como siempre, en meros anuncios.

¿Qué falta para revertir la coyuntura actual?
Bolivia tiene que generar políticas públicas de fomento al sector desarrollando parques industriales y campos feriales para que los microempresarios puedan lograr un encadenamiento productivo, a gran escala, con perspectivas de exportación. Las zonas industriales deben contar con maquinaria y tecnología de última generación para ser competitivas con la producción de los países vecinos que disponen de maquinaria robotizada. El otro problema es que la materia prima en Bolivia es muy cara -no producimos tela- y así no hay posibilidad de ser competitivos. Planteamos una cumbre de la revolución productiva para identificar el problema estructural sectorial.

¿Dónde se dirige la producción de su gremio?
Al mercado nacional y algunos exportan en porcentajes marginales a Brasil y Argentina, potenciales mercados para la producción textilera. El mercado de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) no resultó y perdimos el Atpdea que era una opción de mercado atractivo por las preferencias arancelarias.

La ley de servicios financieros favoreció al sector ¿cuántos asociados a la Conamype accedieron a créditos?
Desde el momento que fijan un 11,5% de interés a la tasa del crédito productivo para los micro y pequeños empresarios y un 5,5% para los grandes productores vemos una desventaja. Esa condición y la falta de garantías nos limita el acceso a préstamos y la falta de mercados es el ‘tiro de gracia’ para el sector manufacturero. La ley financial está en contra de las micro y pequeñas empresas manufactureras del país. Necesitamos créditos blandos y mercados para exportar la producción.

El Gobierno habla de la defensa del sector a través de una ley para endurecer el control y venta de ropa usada y obligar al consumo de la producción nacional. ¿Qué opina al respecto?
Nosotros como Conamype Bolivia hemos elaborado e impulsado esa ley. Hace ocho años rige una norma que prohíbe la internación y venta de ropa usada y hasta el Gobierno otorgó un crédito para la reconversión productiva de los ropavejeros. Lamentablemente nada de lo pactado se cumplió. Con el decreto, el Gobierno tiene facultad para hacer control en fronteras, pero los municipios están fallando porque permiten la venta de mercancía usada en mercados y espacios públicos. Con la nueva ley esperamos que la oferta de mercancía usada se acabe y fomente el consumo nacional.

Sin embargo, los ropavejeros han anunciado resistencia a la norma ¿qué opina?  
Los convocamos al diálogo a los comercializadores de ropa usada para trabajar en la reglamentación de la ley a fin de insertar políticas que permitan la reconversión productiva. Los hemos invitado más bien a vender la oferta nacional. Tal vez su reclamo es justo cuando se aferran a una lucha en defensa de su fuente laboral, pero creo que deben pensar en la dignidad de ser boliviano y en la industrialización de la manufactura nacional. Hay nueve servidores públicos detenidos en Chile por luchar contra el contrabando de ropa usada en la frontera con este país y ellos son los sirvientes de los chilenos porque venden la ropa usada en Bolivia y retornan el dinero a Chile. Debemos exigir industrialización y dejar de ser exportadores de materia prima.

¿El sector manufacturero nacional tiene la capacidad para competir fuera del país?
El sector de la mano de obra textil y de madera posee capacidad para cubrir mercados del exterior. Si exportamos se protege el empleo y la economía nacional.

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