sábado, 8 de agosto de 2015

El Centro Jhesua impulsa la producción de harina de lombriz

No es raro escuchar que las lombrices rojas californianas sean capaces de producir abono orgánico, pero es menos común que de esos gusanos se obtenga harina para elaborar galletas y una amplia variedad de masitas que, aseguran, contiene un alto valor nutritivo.


El Centro Agropecuario Jhesua, situado en Paracaya, Cochabamba, desarrolló la tecnología para obtener el insumo.
El impulsor de este emprendimiento, único en Bolivia, es el gerente propietario del centro, Jesús Orellana, quien trajo la idea desde México, luego de que los médicos le recomendaran consumir harina de lombriz para reducir sus dolencias por problemas cardiacos.
El proceso de elaboración
La obtención de la harina tiene siete procesos que duran al menos un mes.
Los gusanos son sometidos a limpieza, alimentación, secado y transformación.

Primero, es necesario limpiar su tracto digestivo, lo que demora cerca de tres semanas; en ese tiempo expulsarán el abono que tenían en el intestino.
Luego pasan a una especie de "cama” de arena, donde se las alimenta con harina de maíz, cebada o trigo, que posteriormente tendrán que expulsar.
"Al pasar esta etapa, el parámetro en el que nos guiamos es si el alimento que ha pasado por su tracto digestivo es del mismo color que el alimento que consumieron el día anterior. Es decir, si en el alimento (la harina) consumido y expulsado por la lombriz no hay ningún tipo de residuos de guano”, explicó Leidy Ríos, directora de Supervisión de Alimentos del Centro Jhesua.
En una siguiente fase, las lombrices son llevadas a otro espacio con arena que contiene gelatina de varios sabores.

Esta etapa, que demora entre tres y cinco días, es esencial porque en ella se define el sabor que tendrá la harina. Después, los gusanos son sacrificados.
Se los somete a una solución en salmuera, en la cual segregarán todo lo que resta en su tracto digestivo.
La siguiente fase es la deshidratación en el horno, en la que el personal de Jhesua cuida estrictamente la temperatura para que no pierdan las proteínas. Finalmente, pasan a la molienda y al envasado de la harina.
Concluido este procedimiento, el insumo procesado está listo para que sea mezclado con harina de chía, de haba y cebada.
Se puede preparar galletas, queques, tortas, empanadas y una variedad de masitas.
Ríos aseguró que el sabor es tan agradable como cualquier otra masita, pero con nutrientes adicionales.

"Luego de la explicación en cuanto al valor nutricional y el proceso de limpieza digestiva y externa minuciosa de la lombriz para su transformación, la gente empieza a aceptar con bastante satisfacción nuestros productos”, destacó.

La iniciativa da empleo a 18 personas
Creación La empresa comenzó a operar en 2006. Da 18 empleos directos y otros 2.800 indirectos, que son los proveedores de la lombriz. Arrancó la producción con cinco kilos de lombriz viva importados de Chiapas, México.
Abono La lombriz roja californiana es empleada para producir abono orgánico. En Mallasa, estos gusanos producen 140 toneladas de abono mediante un proyecto impulsado por la Alcaldía paceña.
Adaptación En el botadero de K’ara K’ara, en Cochabamba, hay un proyecto con lombrices rojas californianas, ya adaptadas al clima.

Mejora la digestión y reduce la grasa en la sangre

La harina de lombriz tiene la virtud de mejorar la digestión y reducir la cantidad de grasa y azúcar en la sangre, lo que favorece al corazón. Es ideal para aquellas personas que tienen problemas cardiacos.
"La harina de lombriz es un complemento alimenticio 100% natural, orgánico, sin ningún tipo de mezcla. El elevado y perfecto balance natural de nutrientes no se encuentra en ningún espécimen, tiene una cantidad de proteínas entre el 65% y 75%, aproximadamente”, aseguró Leidy Ríos, supervisora de Jhesua.
La preparación de las galletas es similar a la de otras, pero del total de la harina que se necesita, el 3%, 4% y 50% debe ser de lombriz.
Para combinar con harina blanca es necesario que el 3% a 4% sea harina de estos gusanos procesados; con cebada o haba se debe mezclar hasta un 50% de harina de lombriz para equilibrar los sabores, explicó Ríos.
El Centro Agropecuario Jhesua tiene una capacidad para producir 3,5 toneladas de lombriz viva, pero de 16 kilos se obtiene 1 kilo de harina.
El kilo no supera los 6.400 bolivianos en el mercado interno y en el exterior llega a valorarse en 1.000 dólares. Debido a su alto costo, el centro optó por elaborar las galletas, que conservan todos los nutrientes.
Jhesua está en plena consolidación con una tienda en Cochabamba y está presente en mercados de Santa Cruz y Tarija.
La caja o paquete de más de 50 unidades de galletas está en 15 bolivianos, directamente en la empresa, pero en otras tiendas o centros comerciales se vende hasta en 20 bolivianos.
El Centro Jhesua cuenta con clientes extranjeros de China, España y Alemania, y tiene la perspectiva de exportar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario