lunes, 19 de enero de 2015

Existen al menos 600 zapateros en El Alto, uno por cada zona



En El Alto existen al menos 600 zapateros dedicados a recomponer calzados, la relación es de uno por cada zona. Estos obreros consideran que son parte de uno de los oficios que nunca desaparecerá. El 80% de ellos trabaja desde hace 15 años y heredaron esta labor.

Los remendones dijeron que se encuentran organizados dentro de sus sectores o distritos. “Existen al menos siete asociaciones en la ciudad, cada una se encuentra conformada hasta por unos 80 trabajadores”, explicó Mauricio Cutipa, mientras manipulaba un calzado negro de mujer.En las entrevistas que realizó La Razón a 11 zapateros, todos coincidieron en que comenzaron a trabajar hace 15 años y siguen en la misma zona o barrio en que residen.

Aseguraron que el rubro ayuda a generar ingresos económicos necesarios para subsistir junto a su familiares.

De los 11, siete piensan que este oficio es uno de los más antiguos en el ámbito mundial y que nunca desaparecerá, porque hay gente que prefiere hacer arreglar sus calzados antes de botarlos o porque no tienen dinero para comprar otros nuevos.

Cuatro consideraron que el trabajo de zapatería está desapareciendo, porque ahora se pueden encontrar zapatos nuevos a más bajos precios.Indicaron que su vigencia radica en los clientes. Por su parte, gente que entrevistó este medio sostuvo que gracias a estos trabajadores pueden arreglar zapatos con los que se encariñaron.

Los zapateros coincidieron en que hay épocas más altas que otras para recibir zapatos rotos y gastados por la parte de las plantas, entre otros.“Por ejemplo, entre diciembre, enero y febrero la demanda baja, porque la gente compra zapatos de regalo para Navidad, para Año Nuevo. Los niños y las niñas alistan este tipo de artículos para el colegio”, explicó Javier Limachi, zapatero desde hace 12 años en El Alto.

Máquinas. Los zapateros usan una máquina de costura (que cuesta unos Bs 700 en la feria 16 de Julio), que es su principal herramienta de trabajo. Además utilizan punzones, destornilladores, alicates e hilo de cáñamo, que es una fibra textil que se obtiene del tallo de esta planta y se usa principalmente para hacer cuerdas.

De acuerdo con los remendones, las mujeres son más exigentes, es decir piden un trabajo mejor hecho. “Los varones se conforman más fácilmente. Se preocupan de que les entre el zapato y que no les moleste; las mujeres son más detallistas y revisan bien el calzado. Si aprueban el trabajo pagan y se van”, afirmó Limachi.

Además, relató que algunos clientes pagan un adelanto por un trabajo y, muchas veces, no regresan tras haber hecho la reparación.Los puestos en los que se instalaron varían. En la Ceja tienen pequeñas casetas de dos metros por uno, otros son como quioscos, es el caso de los que hay en el cruce a Villa Adela y hay quienes abrieron una especie de tiendas en sus casas.

La costura es lo más recurrenteRemendarLlevar los zapatos a que le hagan costuras completas o de los costados es lo más recurrente, sobre todo en calzados de varón, y zapatillas.CambioEl cambio de toda la suela cuesta hasta Bs 40, por eso zapateros consideran que este oficio no se perderá, ya que no existen empresas dedicadas a la reparación, pero sí a la venta de calzados.PrecioLos zapatos y zapatillas se encuentran en el mercado desde Bs 80 para arriba. La Alcaldía tiene registrados a 9 reparadores de calzados

En la Dirección de Recaudaciones de la Alcaldía de El Alto solo figuran nueve personas en reparaciones y talleres de zapatos, de las 107 relacionadas con la venta, compra, reparación y fabricación de calzados.

El jefe de la unidad de Actividad Económica y Publicidad Urbana, René Durán, explicó que de los 107 rubros, 42 están relacionados con la venta de calzados, 14 con la compra, 42 relacionados con la compra-venta de artículos para zapatos, cinco son de reparaciones y hay cuatro talleres artesanales.

“Aclaró que todos los registrados se encuentran dentro de las viviendas. No controlamos lo que hay en la calle, eso le corresponde a la unidad de Asentamientos, también de la Alcaldía”, explicó.

En esta unidad de Asentamientos, La Razón también consultó respecto a la cantidad de zapateros registrados y con autorización para trabajar, pero no se proporcionó ninguna información al respecto.

Por otra parte, Durán aclaró que los talleres, si bien son para reparar, también sirven para la fabricación artesanal de calzados.

Los zapateros consideran que la ausencia del registro edil es la muestra de que las autoridades los dejaron sin atención. Los remendones piden que se les ayude para continuar con su labor.

Ahora la opción es crear calzados artesanalmente

También hacen reparaciones de calzados, pero ofrecen nuevos modelos a la gente

En El Alto aparecieron tiendas en las que se confeccionan nuevos calzados de forma artesanal. Es la opción que vieron algunos trabajadores del rubro de la zapatería, que antes solamente se dedicaban a la reparación.

Juan Mejía explicó que hace un cuarto de siglo trabaja como zapatero y aprendió a hacer modelos nuevos gracias a su padre, quien le ayudó en el rubro.“Esta es una buena y nueva opción, hay muchos que quieren que se les haga el zapato a su medida y forma en la que solicitan, y eso les deja más contentos”. Mejía también sostuvo que si bien continúan en la reparación y remiendo de calzados, ellos también ofrecen la alternativa de crear un nuevo modelo.

“Reparar es una cosa, el zapato ya no queda igual y eso será provisional, mientras que uno nuevo y a su gusto tiene un matiz diferente”, agregó.Algunos de los zapateros, que entrevistó La Razón, dijeron que fueron con la intención de perfeccionar su técnica hasta Brasil y, de esa forma, incursionar en el campo de la artesanía para la fabricación de zapatos.

Muchos de ellos informaron que lograron viajar, pero que la falta de capital les obligó a declinar su opción para montar un taller de creación de calzados.


No hay comentarios:

Publicar un comentario