jueves, 8 de mayo de 2014

Manq'a, escuelas de comida para cambiar la vida de jóvenes alteños

Mauricio Zárate demuestra su pasión por la gastronomía todos los días en la cocina de Gustu. Su aventura la inició en 2012, cuando ingresó como alumno a Melting Pot Bolivia, organización creada por el empresario danés Claus Meyer, para convertirse en uno de los mejores alumnos. Ello le ha valido ser uno de los primeros instructores de Manq’a, un nuevo proyecto de escuelas de comida en El Alto.
Manq’a, vocablo aymara que significa comida, es un proyecto que forma parte de Melting Pot Bolivia y consiste en implementar escuelas de comida que, a la vez, serán cafeterías o comedores populares en cuatro distritos del municipio alteño.

El objetivo de su implementación es brindar a alrededor de 700 adolescentes y adultos jóvenes los principios básicos de nutrición y cocina, además de un lugar donde puedan consumir alimentos saludables y nutritivos. Las escuelas seguirán la filosofía y metodología de proyectos como Gustu, también parte de Melting Pot, la escuela gastronómica estará dedicada a formar jóvenes bolivianos en actividades culinarias para que desarrollen sus propios negocios con el fin de revalorizar la comida boliviana.

La primera escuela abrirá el 2 de junio y está ubicada en la zona Santa Isabel, recibirá durante tres meses a los primeros 30 jóvenes, entre los 16 y 28 años, que pertenezcan a los segmentos más vulnerables de la población.
La formación 100% práctica será impartida por Zárate, uno de los primeros alumnos de Melting Pot que se convierte en instructor de Manq’a, que junto a otro de sus compañeros y un chef a cargo iniciarán sus actividades.

"Yo creo que toda la vida mi esencia ha sido la de un cocinero. Antes de 2012 no tenía nada, no tenía una carrera ni sabía lo que iba a estudiar, hasta que me dieron un folleto para pasar clases de gastronomía gratuitas y lo intenté para descubrir que era lo mío. A partir de una selección de alumnos ingresé a Melting Pot”, recuerda Zárate, que aún continúa su preparación culinaria.

Cuando le dijeron que iba a ser instructor de Manq’a sintió una mezcla de alegría y miedo, por la responsabilidad que implica. Sin embargo, ante todo es importante para él saber que observan su trabajo, que saben que está ahí y lo reconocen.
"Un mundo mejor”
Bajo el lema "aprendiendo juntos a cocinar un mundo mejor” Manq’a tiene previsto para 2014 abrir sus puertas en las zonas de 1 de Marzo, Franz Tamayo y Santa Rosa. Las infraestructuras en todos los casos fueron dispuestas en las casas comunales, gracias a las alianzas con las juntas vecinales.

En Santa Isabel se enseñará cocina por la mañana, de 8:30 a 12:00, y panadería por la tarde, de 15:00 a 18:00. También se impartirán talleres sobre higiene y nutrición a vecinos, dueños de negocios donde se elabora comida y vendedores ambulantes.

"Nosotros ya tenemos centros juveniles donde los jóvenes ocupan su tiempo libre de una manera positiva. Melting Pot quería abrir estas escuelas, unimos fuerzas para darles opciones y que descubran su vocación”, manifiesta la directora de la organización i3 Impacto Social SRL, Beatriz García.

Tanto i3 como la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina apoyan el desarrollo del proyecto.

La primera escuela Manq’a estará al lado de la Casa Comunal Santa Isabel, en donde Metro Parada Juvenil se encarga de brindar talleres gratuitos de música, canto, baile, teatro, dibujo, fútbol y más a niños y jóvenes de la zona. En 2013 movilizó alrededor de 500 jóvenes.
Un fenómeno en El Alto
Además de enseñar a los jóvenes a cocinar y darles una herramienta laboral a futuro, se trata de capacitarlos para que reconozcan los alimentos beneficiosos para su salud. Ello, según García, no sólo será aprendido por los alumnos de Manq’a sino por quienes asistan al comedor y descubran un menú con esas características.

El presidente de la junta de vecinos de la zona Santa Isabel, Wagner Ayala, explica que como es su caso en muchas familias alteñas ambos padres trabajan y los hijos se quedan en casa y preparan "lo que tienen a mano”.
"Es bueno que los jóvenes sepan cómo alimentarse nutritivamente y por eso apoyamos a la escuela de cocina. Muchas veces salimos a trabajar y para los hijos, que se quedan solos, la cosa es comer. Aunque sea pan con refresco y eso no es alimento”, añade.

El encargado de Metro Parada Juvenil en Santa Isabel, Marco Quispe, explica que la inquietud de los jóvenes que practican fútbol por alimentarse sanamente se ha convertido en una necesidad.
El problema es que no saben cómo. "A través de la escuela de cocina ahora será posible, pero además podrán optar a un futuro diferente. Muchos de nuestros jóvenes salen de secundaria y no encuentran trabajo”, argumenta Quispe.

La infraestructura de Manq’a está junto a la Casa Comunal de Santa Isabel, una zona donde viven alrededor de 246 familias.

Hoy se respira un aire diferente, la escuela está junto a un parque infantil que antes era un basural y donde se reunían pandillas. Ahora hay resbalines, columpios y ganas de enseñar a los jóvenes a cocinar.

¿Qué hacer para ser parte de Manq’a?
Inscripciones Las inscripciones al primer curso de cocina Manq’a se iniciarán a partir del 15 de mayo en la Casa Comunal de la zona Santa Isabel, frente al colegio Delicias.
Participantes Los menores de 18 años que deseen inscribirse deberán contar con la autorización escrita de los padres. Tanto mayores y menores de edad deben presentar fotocopia de carnet de identidad y certificado de nacimiento.
Compromiso Cada aspirante llenará un formulario de inscripción y firmará un compromiso en el que se responsabiliza a finalizar el curso.
Selección Un grupo de profesionales que trabaja en Gustu seleccionará a los 30 jóvenes que participarán del primer curso en Santa Isabel. El curso no será gratuito, tendrá un costo que aún está por definirse.
Clases Las clases en Manq’a se llevarán a cabo durante tres días a la semana, nueve horas semanales, y durante tres meses en horarios de mañana y tarde.

"Salimos a trabajar y para los hijos, que se quedan solos, la cosa es comer. Aunque sea pan con refresco y eso no es alimento”.
Wagner Ayala. Presidente Junta de Vecinos Santa Isabel

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