miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sumaya Calvetty creó una línea de muñecos con los que emplea a internos de la cárcel de San Pedro y madres de la Fundación Arco Iris.

La Fábrica de los Garabatos Llavero es un mundo paralelo donde la imaginación es infinita. En ella se elaboran muñecos con ojos de botones, pieles coloridas de fieltro y peinados alocados que, al ser modelos únicos y personalizados, son un reflejo de la diversidad de personalidades que se encuentran en la sociedad.
"Todos los garabatos son diferentes, como las personas. Algunos están felices, otros enojados, algunos llevan cicatrices o están mutilados, como cualquier ser humano”, expresa Sumaya Calvetty, quien con la sensibilidad y creatividad que la caracterizan, creó en 2008 la línea de llaveros Garabatos, con innovadores diseños.
Esta iniciativa surgió de forma fortuita, inicialmente como un regalo de cumpleaños, sin pensar que pronto se establecería como una microempresa que, además emplea de forma eventual a madres adolescentes de la Fundación Arco Iris y a internos del penal de San Pedro, quienes son los que se encargan de cortar las siluetas con un molde de forma humana.
Si bien sus manos hábiles se ocupan de los detalles en cada pieza, esta artesana asegura que ellos mismos se personifican, según su estilo y carácter; de modo que nunca planifica el diseño de los llaveros, sino que "lo deja fluir”.
"A pesar de salir de un mismo molde, todos son únicos y con personalidades diferentes. Es como si ellos me dijeran cómo quieren ser. Incluso definen su inclinación en género, su edad, su estilo... por eso siempre hablo de una fábrica virtual donde ellos son los protagonistas”, agrega Sumaya, psicóloga de profesión.
Manos a la obra
Para elaborarlos, primero selecciona el material, luego corta el molde de cinco centímetros de alto, lo lava y plancha, lo cose por el contorno y lo rellena; después se pone el cabello con lana y los ojos con botones y finalmente los personaliza con parches, vestidos, chalecos o chalinas, según la característica de cada personaje.
Este proceso puede tomarle hasta cuatro horas por pieza, ya que el trabajo es manual y demanda cuidado y precisión en cada puntada.
Hasta hoy, esta hábil artesana elaboró 550 unidades que logró vender en ferias locales y por contacto en redes sociales.
Omar Velarde, quien este año impulsó el desarrollo industrial de Garabatos, considera que la singularidad del producto, el trabajo artístico de Sumaya, y la ayuda social que se brinda con este emprendimiento, permitieron que esta línea alcance el éxito desde su lanzamiento.
"Esta empresa implica utilizar mano de obra local, apoya el trabajo artesanal y genera recursos económicos a personas que lo necesitan; por eso este tipo de iniciativas merecen más apoyo”, acota Velarde.
El primer acercamiento con la Fundación Arco Iris y la cárcel de San Pedro permitió que al menos seis personas se beneficien con este trabajo artesanal, contribuyendo, a su vez, al crecimiento de esta singular fábrica .
"Hay internos que necesitan un ingreso económico para mantener a sus familias y tienen habilidad manual, así que la oferta de Sumaya los ayudó económicamente, pero también fue parte de su terapia ocupacional para reinsertarse a la sociedad”, apunta Teresa Portillo, que hace una década trabaja en este penal de La Paz como maestra de manualidades.
Esta experiencia no sólo permitió que 300 moldes ingresen a la fábrica de Garabatos, sino que esta artesana abarque nuevos mercados con creaciones valoradas por clientes nacionales y extranjeros. Un especial carisma y ternura distingue a estas singulares creaciones.
"En Bolivia es difícil emprender, porque para crear una industria se requiere un presupuesto elevado. Sin embargo, la idea está ahí, y siempre hay gente que busca y compra Garabatos porque se enamora de ellos”, comenta una sonriente Sumaya.
Según Portillo, el éxito de estos llaveros se debe a la creatividad y originalidad de esta artesana multifacética, quien no sólo se destaca en el bordado, sino también en el diseño de joyas y el modelado de cerámica.

Sin dejar descansar a sus manos diestras, Sumaya ocupa su tiempo libre para continuar con el legado de estos muñecos de fieltro, que no sólo dieron rienda suelta a su imaginación, sino que despertaron su espíritu juguetón. Eso es algo que, sin duda, quiere transmitir a los demás con cada una de sus creaciones.

El blog de Sumaya
Vivencias Como parte de su juego, Sumaya Calvetty acomoda los garabatos en diferentes escenarios, donde desarrollan sus actividades cotidianas, como el trabajo en su fábrica, con muebles diminutos que heredó de su tía abuela.
Web Todo el trabajo que realizan los garabatos desde su fábrica fue registrado en fotografías que Sumaya publica constantemente en su blog: sumayanara.blogspot.com; y en su página de facebook: Sumaya Nara y la Fábrica de Garabatos - Llavero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario