domingo, 20 de enero de 2013

Artesanos recrean escenas de La Paz en pequeñas maquetas

Una sastrería de los años 40, una empresa de radiotaxis de los 80, un karaoke de los 90, una construcción y un preste de los 2000 son algunas de las muestras en miniatura que la famialia Sánchez Mansilla expondrá en el Museo del Ekeko.

La muestra comenzará el 24 de enero, el mismo día que inicie la Feria de la Alasita, en un ambiente que estará ubicado en la calle Argandoña y que tendrá una extensión de cuatro metros.

“La gente podrá disfrutar de las maquetas en miniatura que fueron construidas por mi familia en los últimos 70 años”, anuncia Edwin Sánchez Mansilla. “Son nueve y reflejan la vida cotidiana del paceño”, añade.

Según el antropólogo Édgar Arandia, las artesanías producidas por la familia Mansilla son verdaderas obras de arte. “Es una familia que tiene a tres generaciones trabajando en la misma labor y tiene mucho valor por todo lo aportado a la Alasita”.

Aunque no es precisamente un artista, Edwin dice que lleva en la sangre el don de trabajar las miniaturas, ya que su abuelo Avelino Mansilla fue uno de los primeros artesanos de la Feria de la Alasita, en la década del 40.

Luego, el negocio lo heredó su madre, Hilda Mansilla, quien ahora lo impulsa a él y a su hermano Óscar a preparar las miniaturas para la feria.

Entre las maquetas más antiguas de los Mansilla está la Sastrería del Ekeko, que data de 1949, cuando ganó un premio. “La maqueta fue construida por mi abuelo, en madera y con muñecos de tela”, cuenta Edwin.

En la minisastrería se observa a cinco operarios: un planchador toma una plancha de metal, a fuego; un costurero cose una tela en una máquina a pedal y un sastre mide una tela.

La miniempresa de radiotaxis es otra reliquia. “Este trabajo fue elaborado en 1980, cuando hubo la caída de los minerales y se dio la relocalización. En ese tiempo estaban en su auge las empresas de radiotaxis”, recuerda.

En la maqueta se observa un taller de mecánica en miniatura, donde un chapista arregla las puertas de un coche, otro lo pinta y en una oficina una secretaria modula a otros autos. Fuera de la oficina se ve una antigua cabina telefónica de ENTEL.

Asimismo, está el “K’ara oke del Ekeko”, que fue elaborado en los años 90, cuando sucedió el boom de este tipo de negocios.

“Un grupo de chicos baila al son del grupo Veneno, mientras un amargado bebe amargamente, hay una pelea de meseras, un hombre propasándose con su pareja y un guardia de seguridad sacando del cuello a un hombre. Todo con juego de luces y con movimiento”, describe.

Edwin y su hermano Óscar se atribuyen el talento para fabricar las piezas. “Sin Edwin no existirían los trabajos, ya que él es el de la mente creativa. Él crea y yo, junto a nuestros hijos, fabricamos las piezas”, dice Óscar.

En la muestra también se verá el estadio Hernando Siles en miniatura, donde se juega el clásico Bolívar contra The Strongest. Cada equipo tiene su barra.

Para 2008, la familia Mansilla elaboró la Empresa Constructora del Ekeko. “Refleja la vida cotidiana de los obreros, su alimento, su improvisación y su falta de seguridad”, cuenta Óscar.

En 2010, el Tranvía de la Comercio fue una de las obras más vistas, pues es una réplica de esa calle en los años 30, cuando era transitada por un tranvía.

Las obras fueron hechas en madera, yeso y resina. “Cada uno demanda al menos un año de trabajo, porque se requiere mucho detalle”, precisó Óscar Sánchez Mansilla.

Personajes paceños que evocan el pasado




La moledora y el colchonero
La figura de una mujer de pollera moliendo llajwa en un batán de piedra y la de un colchonero también estarán en el Museo del Ekeko, que se instalará en la calle Argandoña, cerca de la Feria de la Alasita.

“En el caso de la figura de la cholita, sus cabellos son de verdad, fueron hechos de una peluca. El batán es de piedra al igual que la moledora y el morok’o”, cuenta Edwin Sánchez, mientras muestra cómo la figura mueve el moledor. Funciona a motor.

Luego, muestra a un colchonero que esquirla lana de oveja para introducirla dentro de un colchón, como se hacía antes.

El expositor comentó que todos sus trabajos no están a la venta, eso sí agregó que ahora está elaborando una colección de los personajes de Cantinflas, los cuales sí estarán a la venta. Costarán 30 bolivianos cada uno.



Sugieren ley del patrimonio
Los antropólogos Édgar Arandia y Milton Eizaguirre coinciden en la necesidad de que el Estado implemente una ley para proteger el patrimonio intangible de Bolivia.

“En el país no hay fomento al arte popular. Los artistas siempre han trabajado desprotegidos. La única institución que hace algo es la Alcaldía con el concurso Suma Lurata, que debería ser replicado por el Estado”, afirmó Arandia.

Eizaguirre dijo que se insistió en una ley del patrimonio, pero no la hay. Subrayó que hay que crearla para evitar que otros países se apropien de lo nuestro.


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