jueves, 6 de septiembre de 2012

Zapateros con historia

Escondido detrás de su máquina Singer, Jorge Tapia (58) vivió la transformación de la plaza Colón y de la calle Camiri. La conoció ya enlosetada, pero rodeada por casas de tabique, de una sola planta, en la que funcionaban los bazares. Se asentó a trabajar como zapatero en 1975, junto con otros cinco colegas; hoy son 12 los que se ganaron su espacio y clientela en la zona central de la capital cruceña.

Tapia y sus colegas crearon la Asociación de Artesanos Zapateros 9 de Febrero, que cumplió 33 años de creación.

El presidente de la Asociación, Juan Santiago Mamani, relató que el primer asentamiento data de 1960, cuando Sergio Flores instaló su negocio abajo del monumento a Colón, poco después Víctor Betancourt lo imitó y así fueron poblando la acera oeste de la plaza, que antes se llamaba Espino Blanco.

Cambio de cierres de carteras, chamarras, botas o jeans; remplazo de la suela o de tapillas, forrado de tacos, fabricación de zapatos ortopédicos, reducción de cinturones, estiramiento de calzados, corte de chinelas y cambio de color del cuero son algunos de los servicios que se ofrecen en esta esquina.

“Gente de todas las clases sociales nos confía sus calzados. En esta plaza hemos visto hacer carrera a varios políticos, como Jaime Paz Zamora, Carlos Valverde Barbery, Óscar Eid Franco, entre otros”, relató Mamani.

Ayer por la mañana, Eugenio Imbert llegó buscando al ‘Choco’ Arias, a quien encomendó un nuevo proyecto: la creación de unas coderas especiales para jugar polo. Desde hace dos años lo busca para todo tipo de arreglos y, por su buena mano, se ganó la confianza.

Los miembros de la Asociación de Zapateros y Artesanos se consideran parte del patrimonio de Santa Cruz.

Algunas historias



Wálter Zabala (50)
Este trabajador llegó de Cochabamba y decidió dedicarse a la zapatería, por la habilidad de sus manos. Sin embargo, sacrificó la vista por este oficio, ya que desde hace un año requiere lentes para los trabajos más minuciosos. Está infaltable en su puesto laboral a las 7:00.



Luis Arias (48)
Lo apodan ‘Choco’, por sus ojos azulados. Este sucrense trabaja en la zapatería desde los 17 años, cuando ayudaba a su familia en la fabricación de botas, botines y otro tipo de calzado. Asegura que es capaz de elaborar carteras y otros productos de cuero.



Jorge Tapia (58)
El cochabambino es el más antiguo del grupo de la calle Camiri. Llegó en 1975 para trabajar como ayudante de su hermano. Un año después se independizó al adquirir su primera máquina Singer, que en ese tiempo costó $us 1.500. Con este trabajo mantuvo a sus cuatro hijos.



Carlos Silvestre Alí (41)
Es uno de los dos cruceños del grupo de 12. De lunes a viernes se dedica a este oficio y el sábado, a las 14:00, se transforma en Quitito, un payaso que anima fiestas infantiles. También crea cinturones, carteras y billeteras. Hace siete años falleció uno de los socios de la asociación y así hubo un espacio para el.

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