domingo, 24 de junio de 2012

Valda creció en medio de un mundo de alfombras. “Vengo de una familia de alfombreros”

Jorge Valda creció en medio de un mundo de alfombras. “Vengo de una familia de alfombreros”, dice con humor. Su padre y su tío se dedicaban a vender alfombras desde que tiene uso de razón. No en vano se convirtió en ingeniero textil. Hace aproximadamente tres años y medio decidió crear su propia empresa. Resolvió lanzarse al mercado con algo totalmente nuevo: alfombras de diseños exclusivos, hechas de lana de alpaca y ecológicas, biodegradables.

Al principio pensó únicamente en la exportación, pero la acogida que las alfombras tuvieron en el mercado interno fue una sorpresa. La propia presidencia del Estado Plurinacional le ha encargado algunas piezas que hoy se encuentran en distintos ambientes del Palacio de Gobierno. Actualmente, cuando el presidente Evo Morales visita a otros mandatarios, en ocasiones, lleva consigo una de las alfombras de Alpaca Carpets como presente.

“No es la misma lana de alpaca que se usa para las chompas”, comenta el empresario de Alpaca Carpets; esta lana proviene de una parte de las piernas de las alpacas, de las bragas, y es más dura que la que se usa para las prendas de vestir. Las alfombras no se tiñen con colores artificiales, sino exclusivamente con tintes naturales, como la cochinilla, el añil y otros tintes ecológicos. “Para cada color existe una fórmula diferente”, dice Valda; “si quieres conseguir un verde, por ejemplo, puedes utilizar thola o molle; si quieres naranja, pues utilizar urucú. La cascara de la granada se usa como fijador de los colores”, comenta. El teñido de la lana se lleva a cabo en otro taller que se encuentra en Sucre.

Una idea emprendedora

Valda presentó el proyecto de la empresa Alpaca Carpets al concurso Ideas Emprendedoras en 2007 y ganó. Su idea fue elegida entre otras 4.000 propuestas. Eso le ayudó a concretar su sueño. Para él, los textiles son una pasión. En realidad, la idea surgió hace cerca de siete años. Desde entonces, Valda se ha dedicado a estudiar la fibra de alpaca y de realizar una investigación sobre los posibles tintes naturales que se le podían aplicar. El anhelo de hacer realidad su proyecto le llevó a viajar a la India y capacitarse en la confección de alfombras artesanales y semiartesanales. “En la India dos millones de personas se dedican a hacer alfombras”, dice Valda y señala que espera que su negocio crezca y genere empleo para muchas personas.

El taller de la empresa se encuentra en El Alto. Valda muestra un armazón inmenso destinado a sostener el telar para la confección de una alfombra: era el que sostenía la alfombra para el comedor del Palacio. “Para confeccionar esa alfombra se empleó a 20 personas”, comenta. Por el momento son muy pocos los trabajadores estables empleados en la iniciativa. Dependiendo de la cantidad de pedidos, se da trabajo a un numero mayor de personas.

En su viaje a la India, Valda trajo consigo diez máquinas de confección que se operan manualmente, pero hay detalles, partes de las alfombras que se trabajan enteramente a mano. Mónica Padilla es una de los jóvenes que trabajan en Alpaca Carpets. Ella está en la empresa desde el principio. Muestra cómo escoge las agujas que permiten diferentes creaciones de diseños y formas distintas. El acabado final, la obra fina, generalmente se realiza a mano. “Hacer una alfombra nos toma más o menos unas dos semanas, pero eso también depende del tamaño y si se trabaja más a mano o con la máquina”, dice Mónica.

Vanguardia y modernidad

Los diseños de Alpaca Carpets son vanguardistas y modernos, aunque no dejan de tener un cierto toque andino. A Valda le encanta lo que hace, por lo que siempre está buscando nuevos diseños y algunas veces él mismo se anima a hacer algún diseño. Pero, en lo que al diseño se refiere, quien más apoya a esta empresa es el artista boliviano Keiko González, quien ha creado diferentes formas y figuras, casi cuadros, para las alfombras de Valda.

El último encargo que recibió la fábrica fue la de un grupo de arquitectos españoles que pidió una alfombra ultramoderna que primero se exhibirá en Sanghai, para después irse hasta Dubai. Las alfombras de alpaca son una rareza en el extranjero. Los arquitectos españoles se presentarán a una licitación para la construcción de una casa de lujo. La alfombra se mostrará como parte de la propuesta para la decoración interior de esta casa. Se trata de un diseño tridimensional. Para lograr el efecto en 3 D, se utilizaron diez colores diferentes en el tejido de la pieza. Su destino final es un hotel de Dubai que ya adquirió la alfombra. “Para nosotros es muy importante que una alfombra nuestra se vaya a un mercado como la China y creo que es la única alfombra boliviana en Dubai”, dice Valda.

Otras perspectivas

Además de ocuparse de que este emprendimiento sea cada vez más grande, también tiene nuevos proyectos. Se trata de rescatar ciertas prácticas culturales antiguas y de trabajar con las comunidades. “Antes, en el altiplano se hacían unas alfombras que se confeccionaban a nudo. Estamos rescatando ese tipo de alfombras y vamos a trabajar con las comunidades; la idea es que se beneficien”, dice Valda, que fue hasta hace poco docente en la carrera de ingeniería textil en la Universidad de Warisata.

“Me encanta este proyecto porque es nuestro, es boliviano y se busca un impacto social cada vez mayor”, sostiene María del Carmen Chávez, de comercialización.

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