sábado, 2 de junio de 2012

Red “Mi Caserita” de 480 tiendas de barrio da buenos resultados

Las tiendas de barrio de La Paz son tradicionales. Distribuidas en diferentes zonas y abastecidas con una serie de productos básicos, 480 de estos almacenes ahora forman parte de la Red de Tiendas “Mi Caserita”, que se enfoca en el servicio y manejo del negocio para promover su desarrollo, permanencia y crecimiento.

El objetivo de este proyecto, que empezó en noviembre de 2010, es implementar un modelo de negocio competitivo en las tiendas de barrio de La Paz. Esto permitirá optimizar la gestión empresarial de los propietarios y también mejorar su relacionamiento con proveedores y clientes.

Se estima que en la urbe paceña hay alrededor de 1.500 tiendas de barrio, de las cuales 800 podrán ser beneficiadas con este proyecto que concluirá a finales de 2013.

Ejecutado por la Fundación para el Desarrollo Sostenible (Fundes), con el cofinanciamiento del BID-Fomin y la Fundación ELEA, y con el apoyo del gobierno municipal de La Paz, este programa se aplica en diferentes tiendas de los macrodistritos del Centro-Miraflores, Sur y Cotahuma.

Hasta la fecha, los resultados son alentadores.

Rodrigo Castro, coordinador del proyecto, informa que los niveles de venta se incrementaron en 35%, el número de clientes en 23% y el margen de ganancia fue de 39%. “Esto demuestra los beneficios del proyecto”, opina.

Para conseguirlo, cada cinco meses se realizan talleres con un grupo de 120 propietarios. Entre los temas que se abordan están el comportamiento empresarial, el merchandising, la gestión de venta, el servicio y atención al cliente, la higiene, la adquisición de productos, los registros comerciales, seguridad del negocio y normativas tributarias.

Leslie Claros, gerente general de Fundes Bolivia, explica que también les entregan cuadernillos para registros comerciales, calculadoras, stickers para poner precios de productos y letreros para colgar fuera de la tienda.

Al ingresar a una de ellas, la diferencia se hace evidente. Los productos están organizados por categorías, hay carteles que indican los precios y una gran sonrisa del dueño o dueña da la bienvenida.

“Este programa nos hace dar cuenta de lo importante que es nuestro servicio. El asesoramiento y la ayuda que recibimos es invalorable”, dice Janela Escóbar, quien es dueña de una tienda en el barrio de Alto San Pedro hace dos años.

En este proceso, los consultores de Fundes, además de capacitar, trabajan junto a los vendedores, acomodando y remodelando el espacio para que quede en óptimas condiciones.

Roberto Taco lleva 17 años en el rubro y sostiene que, después de ingresar al programa “Mi Caserita”, cambió la forma de administración y manejo de su negocio ubicado en Achumani.

“Ahora sé que debo aprovechar y analizar continuamente el espacio físico de la tienda. Además, un aspecto que me ayudó mucho es llevar registros; si bien a un principio me parecía muy complicado, ahora me acostumbré y es muy útil, porque ya sé qué ocurre en mi tienda con exactitud”, comenta.

Estos cambios, a su vez, los impulsan a innovar servicios en su negocio y a ser más visionarios. Diego Viscarra tiene una tienda en Villa Copacabana y ahora quiere ampliarla para ofrecer más productos en un ambiente más cómodo para los clientes.

Otros fueron más allá y adicionaron la venta de periódicos y el servicio de pedidos a domicilio, para captar la atención de más vecinos de la zona.

Al ser parte de esta red de tiendas, los propietarios forman una especie de convenio con 11 proveedores de productos nacionales que les ofrecen precios preferenciales y descuentos.

“Una ventaja, a comparación de otras tiendas, es que a nosotros nos ofrecen productos de buena calidad con precios especiales, que siempre piden nuestros clientes”, dice María Antonieta de Jemio, dueña de una tienda en la calle Pucarani.

Dada la aceptación del proyecto en la ciudad, en febrero de este año Perú y Costa Rica replicaron este modelo que nació en México y fue perfeccionado en el país, con el interés y buena predisposición de las caseritas bolivianas.

“En la capacitación pude comprobar que lo aprendido teóricamente puede funcionar en la práctica”.
Roberto Taco, vendedor.

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