lunes, 28 de mayo de 2012

Incubadora de microempresas forma unidades productivas

La Incubadora de Microempresas Productivas (Impro) comenzó con $us 18 mil de capital y 20 familias de clientes. En 17 años de vida el capital creció a $us 3 millones y tiene 2.500 clientes o unidades productivas en La Paz y El Alto. Su vocación es social.

Así lo aseguró su director ejecutivo, José Jiménez Medinacelli, tras destacar que su institución se aboca a los créditos sociales destinados a sectores con pocas posibilidades de acceder al crédito.

Impro es una Institución Financiera de Desarrollo social (IFD) que se crea en febrero de 1995 y presta servicios en La Paz, El Alto y Achacachi para cubrir requerimientos financieros de demanda insatisfecha de microempresarios o unidades económicas familiares que cuentan con escaso capital de trabajo, tecnología básica y con sus condiciones de producción vulnerables.

Jiménez puntualizó que en 1995 el gobierno de ese entonces permitió que las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) se puedan convertir en Sociedades Anónimas bajo el nombre de Fondos Financieros Privados (FFP) y ellos decidieron quedarse como ONG para mantener el carácter social por el que habían sido creados desde un principio.

La institución ofrece dos tipos de programas: el primero corresponde a pequeños créditos de fomento y el segundo a vivienda y mejoramiento del hábitat.

En el primero se contemplan los préstamos para el sector productivo, servicio de comercio y educación y salud. En el sector productivo se contemplan créditos dirigidos a carpintería, textiles, costura, zapatería, panadería y mecánica. Los montos van desde $us 50 hasta $us 1.000 a una tasa de 1,5% de interés. Los préstamos para el sector de servicio y comercio están disponibles para tiendas, kioscos, pensiones, dulceras y transportistas. Para estas actividades los créditos llegan hasta los $us 600, a una tasa de 1,65% de interés. En educación y salud los préstamos son para tratamiento y estudios. El monto también llega a $us 600, a una tasa de 1,6%.

Jiménez también explica que en el programa de vivienda y mejoramiento del hábitat se presta recursos para refacción, anticrético y construcción. En el caso de refacción, ampliación, instalación de agua, luz, alcantarillado y saneamiento básico, el crédito alcanza a $us 800, a una tasa de 1,5% de interés. Impro otorga créditos para el anticrético de vivienda de las familias que no tienen techo. Consiste en la entrega de hasta $us 2.000 al propietario de un inmueble por un periodo de tiempo determinado. El inquilino tiene que pagar una tasa de 1,65% de interés a Impro y así va pagando su anticrético, dijo. En la construcción de pequeñas viviendas populares otorgan prestamos de hasta $us 4.000 a una tasa de 1,40% de interés. Jiménez aclara que estas tasas de interés son mensuales y pueden disminuir en función al “análisis y evaluación social” en cada caso.

Muchas personas que accedieron a estos créditos se han convertido en microempresarios con posibilidades de ingresar al mercado de las grandes financieras de Bolivia. “ Por eso el nombre de incubadora, al igual que cuando nace un bebé muchos lo hacen en condiciones difíciles de sobrevivir, pero tienen ayuda para salir adelante. Eso es lo que somos”, expresó.

Respecto a las cifras de la institución se muestra su crecimiento en sus utilidades. Impro, en 1997 tenía un superávit de $us 923 y en 2011 alcanzó los $us 65.176.

Su patrimonio hace cinco años era de $us 127.925 y en 2011 llegó a $us 715.217.

Su movimiento de cartera también refleja crecimiento. En 1997 su cartera total contemplaba $us 76.935 y en la última gestión (2011) llegó a $us 2,6 millones. La mora no pasó del 0,5%. Para Jiménez el éxito de su institución está en “la relación de confianza con los clientes”, a quienes les dan un trato personalizado en el servicio.

Sobre Nueva norma para las IFD

Riesgo

El gerente general de Impro, José Jiménez, advierte que las 13 IFD (Institución Financiera de Desarrollo) del país están en riesgo de ser consideradas como un banco comercial o entidad grande en la nueva Ley de Bancos a aprobarse próximamente. “Nuestro objetivo no es convertirnos en Fondo Financiero Privado o un banco grande porque no tomaremos la ruta del lucro”, dijo Jiménez.

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